Capítulo 10: El equipo Hao.


Hao, MD y Opacho se encontraban en un bosque paseando.
-¿A dónde vamos?
-No te preocupes, ya lo veras.
-¡Opacho está cansada!
-Pues cógela en brazos.
-Está bien, pero ¿a dónde vamos?
-¿No te puedes esperar ni un poquito? Es que es una sorpresa.
-¿Una sorpresa?
-Sí, jaja.
Llegamos a una pradera llena de flores rosas. De repente, MD silbó y aparecieron varias personas encapuchadas.
-¿Qué pasa?
-No te preocupes no te asustes, no te van a hacer nada.
Poco a poco se fueron acercando a nosotros.
-Bueno, Hao estas personas te ayudarán.
-¿A qué?
- A volver al torneo.
-¿Qué?
-Para derrotar al Monje Densen tienes que entrar en el torneo.
-¿Y quiénes son?
-Jaja, tú los conoces muy bien.
-¿Qué?                          
MD chasqueó los dedos a los encapuchados diciéndoles:
-¡Vale, descubriros!
Mi cara cambió de repente...
-¡Chicos!  Peyote, Kanna, Matti, Hang-Zang-Ching, Blocken, Luchist, Boris, Ashil, Bill, Zen y Boz
-¡Señor Hao!
-Dios mío, cuando se les quitará esa manía del señor...
-Jaja.
-Bueno a lo que iba ellos volverán contigo al torneo y te ayudarán a ganar.
-Eso, señor Hao, volveremos a ser los mejores shamanes del torneo, pero esta vez no será para destruir a los humanos, sino para encontrar a su madre.
-Pero, chicos, vosotros también  queréis recuperar a seres queridos que habéis perdido, ¿no?
-No se preocupe, no nos importa.
-Hao, ¿puedo hablar contigo un momento a solas?
-Claro.
-Opacho también  va.
-Uy, mira nos ha salido una Opacho cotilla, jaja.
-Jaja, pobrecita no le digas eso.
-¡Opacho no es cotilla!
Entonces MD cogió a Opacho en brazos.
-No es verdad no eres cotilla eres una renacuaja.
-¡Opacho no es ninguna renacuaja!
-Aaaah, es verdad eres la hermanita pequeña de Hao, ¿no es así, Hao?
-Claro, es mi hermanita preferida.
Nos apartamos hasta la entrada de un bosque y nos sentamos de bajo de un cerezo al lado de un riachuelo. Opacho se fue al riachuelo a jugar con los peces y el agua.
-Oye Hao, tengo que darte una cosa.
-¿El qué?
-Toma.
-¿Qué es?
-Es un amuleto que te protegerá si estás en apuros; yo no te voy a poder ayudar.
-Gracias, ¿Pero por qué me lo das?
En ese momento me dio un abrazo, pero no era el mismo abrazo que me daba todas las mañanas. En ese abrazo pude sentir miedo y preocupación como si algo fuera a ocurrir.
-¿Qué te pasa?
-¡Bueno melenuchi! Tira que vamos a dejar a todos los shamanes del torneo con la boca abierta con el pedazo de equipo que somos.
-Espera.
-¿Qué?
-¿A qué viene todo esto?
-¿El qué?
-Todo esto, los chicos, el amuleto, el abrazo. ¿Por qué lo has hecho? ¿Qué pasa?
-Nada, no pasa nada, ¿no puedo hacerte un regalo?
-Ya me has hecho demasiados, ¿no crees?
-Bueno, si no los quieres me los llevo tal y como me los traje.
-¡No! ¿Por qué vas a hacer eso?
-No sé, eso es lo que me has dicho.
-No es solo… que me parece muy extraño... todo esto.
-Pues cuando te aclares, me llamas, ¿ok? Tengo cosas que hacer.
-¿El qué?
-Nada que a ti te incumba.
-¡Por qué haces esto!
Entonces la cogí del brazo y la empujé hacia el árbol.
-Ya van 2 veces que me estampas contra algo, me voy a quedar sin espaldas si sigues así.
-Jaja (risa irónica).
Me acerqué a ella y puse mi frente contra la suya.
-¿Por qué? ¿Por qué ahora no puedo leer tu mente? ¿Por qué no puedo saber qué piensas de mí?
-¿Por qué quieres leer mi mente? ¿Piensas que digo cosas malas de ti?
-Sí…
-Eres tontito, ¿sabes?
Entonces me acerqué mis labios a los suyos para besarla, pero ella se quitó.
-¿No crees que si tu amiguita Sharon se enterara de esto se enfadaría mucho conmigo sin ser yo la culpable?
-Ya, pero ahora ella no está aquí… además ella seguramente me odiará ya...
Entonces MD se acercó para besarme, pero se paró y me susurró al oído.
-Cuando te aclares me llamas, ¿ok?
Después de eso se fue sin poderle responder.
Me quedé sentado debajo del cerezo pensando en MD y Sharon. Sabía que amaba a MD pero algo en mi interior también me decía que Sharon era alguien muy importante para mí.

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