Hoy es el primer día que me quedo en casa de Yuuki. Lo cierto es que me sentía muy contenta al haber conocido a una persona como ella. Y su novio se veía fuerte, pero necesitaría muchísimos años de entrenamiento y sufrimiento para estar a mi altura. Hice mi maleta con todo lo necesario y me dirigí a la entrada, pero no sin pasar antes por la sala de amuletos. Se veían tranquilos. Mi corazón dejó de latir fuertemente y suspiré:
-Parece ser que hoy no voy a tener problemas.
Cuando salí de mi casa, Yuuki estaba esperándome en la esquina. Cuando ella vio que estaba cerrando la puerta, me llamó y me animó a que viniese. Yo esbocé una gran sonrisa y me dirigí hacia ella. Parecía muy contenta.
-¡Hola Sharon! ¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias. He dormido bien esta noche a pesar de la tormenta.
-Pues yo… no demasiado bien. Estoy muy preocupada.
Yuuki había vuelto a soñar con Kaname. Bueno, yo había pasado por situaciones peores, pero me asombraba que una humana como Yuuki pudiese pasar por aquel problema sin alarmarse demasiado. Cuando llegamos a su apartamento, dejé la chaqueta y la mochila en la entrada y fui al salón. Allí estaba Len leyendo un libro.
-Oh, hola Len.
-¿Qué haces tú aquí otra vez?
Tan resentido y maleducado como siempre.
-Para tu información, voy a quedarme aquí unos días.
-No sé porqué, ya estoy yo.
-Bueno, lo mejor es que esté con ella una chica, ¿no?
Ese fue la gota k le colmó el vaso, y se levantó furioso todo colorado.
-¿¡Cómo te atreves?!
En ese momento vino Yuuki.
-Bien, Sharon, acabo de preparar tu cama, y Len, el baño ya está listo.
-Está bien, ahora voy.
Se fue, no sin antes mirarme con mala cara. Yo me reía para mis adentros.
-Oh, se me ha olvidado que tú aun no te habías bañado, Sharon.
-No te preocupes, espérame arriba, yo me voy a tomar mi arroz con curry.
-Está bien. Te veo arriba.
Quería estar sola. No quería que Yuuki me viera llorar. Me guardé mis penas y me comí el arroz con curry. Pero no me sabía bien y me aguanté. Me fui arriba con Yuuki y me acosté. Miré a la ventana. Y allí estaba. La estrella brillante que contemplaba todas las noches. Y no sé porqué pero tengo el presentimiento de que me pertenecía. Se me caía la cara de sueño.
No sabía lo que decía. Y cuando me di cuenta ya estaba durmiendo. Pero de repente, sonó un ruido fuerte y nos despertó a todos en la casa. Yuuki, Len y yo salimos corriendo hacia el salón y vimos una silueta de un hombre todos nos sorprendimos al encender la luz y ver que era Kaname.
-¡Tú, desgraciado!
-¡Yuuki, corre!
-No os preocupéis, no os voy a hacer nada, solo vengo a advertiros que tenéis una enemiga peor que yo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-¿Te extrañas? Qué gracioso, si tú eres la primera que más la conoce.
-¿A quién te refieres?
-A tu gran amiguita MD.
-¡Tú eres una traidora!
-¡No! Yo odio a MD, ella manipuló a la persona que yo más qui...
-¿A la qué tu más que, Sharon? Dilo.
De repente todos mis sentimientos se pusieron a flor de piel y todo lo que tenía adentro salió fuera.
-¡A la persona que más quiero! ¡A la persona que más amo! ¡Por culpa de ella no puedo estar con la persona que más quiero en este mundo por eso la odio es un demonio!
-Te equivocas.
-¿Qué?
-Es un demonio con cara de ángel.
-Eso ya lo sé. Si no, Hao ya la hubiese dejado.
-También cabe la posibilidad de que el tal Hao esté demasiado enamorado por ella, y eso le ha hecho caer en la trampa.
-¡Eso es mentira! ¡Hao aun me quiere!
-Bueno, ya hemos hablado demasiado por hoy, ya nos veremos tranquilamente, Sharon Phantom. Aún tenemos que discutir ciertas cosas sobre tu supuesto “alter-ego”.
Justo después de decir esto, Kaname levantó una nube de niebla para desaparecer.
-¡Espera, desgraciado!
Pero Len no lo pudo atrapar, porque ya había escapado.
-Maldición, se ha escapado.
Yo me derrumbé en el suelo. ¿Cómo era posible que Kaname supiese eso? Apenas mi mejor amiga sabía eso. ¿Sería que Miyako se lo había contado a cambio de algo? No, eso era imposible. Miyako nunca haría eso. ¿Pero entonces, cómo podría haberse enterado de eso?
-Oye, Sharon, ¿quién es esa MD?
-Fue la chica que se llevó a Hao, y su primer amor.
-Oh, entiendo.
De repente, Yuuki puso una cara seria y me miró fijamente.
-Sé sincera conmigo, Sharon. ¿Qué ha querido decir Kaname con lo de tu “alter-ego”?
El corazón empezó a latirme rápidamente. No sabía que decir.
-Lo siento Yuuki.
-¿Qué?
-Mucho temo decirte, que él tiene razón. No fui la que era ahora cuando era pequeña.
-Sharon…
-Lo siento Yuuki, pero no puedo seguir aquí. Me marcho.
-¡Espera, Sharon! ¡No te vayas!

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