Un camino lleno de empedrado se alzaba en medio del bosque. Notaba mi visión borrosa y mi cuerpo pidiéndome agua y comida. Había estado caminando durante tres días sin ni siquiera descansar ni comer ni beber, siguiendo mi rumbo para encontrar las respuestas que estaba buscando. De repente, me paré un momento y miré al cielo. El sol estaba en su zénit, brillando con fuerza como burlándose de la majestuosa reina. Noté unas ansias tremendas de desmayarme, pero sabía que debía seguir adelante. Le di ánimos a mi cuerpo para seguir adelante, ya que apenas quedaban unos cinco kilómetros para llegar a la cueva. Me toqué la espalda buscando mi mochila. Pero no estaba. Me acordé de que la había dejado abandonada, ya que ralentizaba mi paso... ¿En qué estaría pensando al dejar la mochila abandonada? Me llevé las manos a la cara, pensando en el estúpido error que había tenido. Seguí aligerando el paso por el camino salpicado de piedras. Y así pasaron siete horas interminables hasta por fin poder llegar a la cueva. Mi cara brillaba de ansiedad y emoción al encontrarme en ese misterioso lugar. A sus dos lados se encontraban dos amenazadoras estatuas de dragones, avisando a su visitante de que debería irse, pero solo en el caso de que fuese un débil humano o shaman que no fuese Sharon. Al fondo de esa extensa gruta se encontraba una gigantesca vitrina de cristal, rodeada de espinas, con una capa negra y carbonizada en su interior, complementada con una máscara blanca y burlona. Me acerqué y toqué las espinas. Estas seguidamente se derrumbaron con la vitrina en sus zarpas. Yo miraba impresionada el magnífico disfraz.
-Qué alegría volver a verte… Guerrero Oscuro.
Cogí la capa y me la puse por encima junto con la máscara. Seguí avanzando a un lado de la gruta hasta volver a encontrarme otra vitrina rodeada de espinas. Pero en este caso, en su interior se encontraba una imponente hoz roja con una extraña figura en su interior. Hice lo mismo que hice anteriormente y recogí la hoz. Miré a la figura, que seguía postrada en el suelo. Me mordí la muñeca y, con los dedos ensangrentados, dibujé un sello en la frente. Recité un canto satánico y me alejé, diciéndole:
-Levántate, Lucifer.
La figura se levanta, mostrando tras de sí un majestuoso caballo negro con una crin larga y trenzada, ojos rojos y penetrantes y una sonrisa con largos colmillos. A su lado, un ejército de enmascarados se cierne sobre el lugar como buscando sangre. Hice un gesto para que todos me siguiesen mientras yo montaba sobre Lucifer. Estuvimos cabalgando durante semanas hasta que una noche noté una presencia muy familiar ¡Era la presencia de MD! Decidí que debía de instalarme en aquel lugar para poder así seguirles sus pasos. Al día siguiente me levanté y, sin ponerme el disfraz ni despertar a mi grupo, me fui a un bosque a descansar. Hasta que de repente sentí esa misma presencia:
-Hola, Sharon Phantom.
Sabía que tenía que ser ella.
-Ah, eres tú, MD (la miré confusa) ¿Qué estás haciendo aquí?
-Nada venía a decirte una cosa.
-(La miré interesada) ¿El qué?
Se me acercó mientras se reía. Yo no dejaba de mirarla.
-¿Qué pasa? ¿Me tienes miedo?
-No, solo estoy alerta. Nunca se sabe (la miré con ironía) ¿Qué venías a decirme?
-Vengo a decirte que Hao te echa mucho de menos, jaja.
-Claro, ¿qué esperabas? Él me ama (noté cierto tono sarcástico)
-Claro, de ilusiones vive todo el mundo. Pero creo que ya te enteraste de lo que paso el otro día, ¿o me equivoco? (me miró de arriba abajo).
-¿El otro día? ¿Qué pasó? (me levanté y me limpié el vestido para volverla a mirar)
-Te dejo con la duda que duele más (se rió).
-(La miré con tranquilidad) Ya terminaré por enterarme. Como Reina del Oráculo, yo lo puedo saber todo.
-Ya, es verdad, tú tienes ese poder pero yo tengo aliados y una gran amiguita tuya me contó un secreto tuyo (me miró con sarcasmo)
-(Empecé a ponerme nerviosa) Mientes. Mis amigas no pueden traicionarme. Si yo no estuviese con ellas, ahora mismo le habrían ganado todos los shamanes.
-No te pongas nerviosa. Aunque, qué pena que creas eso...
-Por lo que creo que sé, Hao va a participar en el torneo shaman para matar al Monje Densen, ¿no?
-Sí, pero eso es solo un motivo por el que va a entrar (sonrió)
-Veo que tendré que ser la enemiga de Hao después de todo (miré al cielo)
-No te preocupes no vas a ser su enemiga; al revés vas a ser su mejor amiga, sobre todo para conseguir mi plan.
-Yo también voy a participar en el torneo. Ya tengo a mi equipo entrenando para el momento (me crucé de brazos).
-Ya lo sabía.
-(Me empecé a enfadar) Me estás hartando.
MD desapareció rápidamente de mi vista. Yo miré a mi alrededor apresurada.
-Maldición, ha desaparecido.
Pero ella, con la misma rapidez con la que se había ido, volvió a aparecer detrás de mía. Salté rápidamente debido a la sorpresa.
-¡Deja de jugar conmigo!
Con lo frustrada que estaba, no me di cuenta a tiempo y me cogió del cuello. Yo me mantuve inmóvil si poder reaccionar.
-Agh…
-Si te metes de por medio en mi plan reza para que tu alma no acabe en el infierno.
-N-No pienso hacerte caso. Yo hago lo que yo quiera (agarré su brazo y me lo arranqué de mi cuello).
-Vale, no me hagas caso, después no me vengas llorando.
-¿Acaso debería? Tengo que preocuparme de problemas mayores. Mi mayor enemigo anda cerca de aquí.
-¿Ah sí? Qué bien, así podré conocer y hablar con él, creo que es tu padre, ¿no es así?
-Sí, así es. Caspian Phantom, el jefe de los demonios.
Me fijé que MD miraba al suelo como recordando a alguien.
-¿Y dónde está Hao? (la miré con curiosidad).
-Eso no te incumbe.
-Claro que me incumbe. Me preocupo por él.
-(Le salió una risa sarcástica) Creo que deberías preocuparte más por tu propia vida.
-A mí me da igual mi vida. Para eso soy inmortal.
-No por mucho tiempo...
-¿Acaso piensas pelear conmigo? Porque si es así no pienso tener piedad contigo (sujeté su espada)
-No te preocupes, no vengo a pelear.
-Tú no conoces mis poderes. Tengo el poder suficiente para poder destruir todo este mísero planeta (la miré desafiante).
-Y yo también puedo destruir este planeta si quiero, pero yo tengo un poder que tú no tienes (se rió).
-Hum, qué interesante. Es una lástima que tu no quieras luchar conmigo, porque a mi si me gustaría.
-Dime una cosa Sharon, ¿que pasaría si le cuento a Hao tu pasado?
Cuando MD me preguntó eso, me quedé inmóvil. Era incapaz de responder aquella pregunta.
-No te pongas nerviosa, no tienes que temer... solamente quería ver tu reacción.
Yo no podía dejar de pensar en lo que pasaría si Hao se enterase de lo que era en el pasado.
-(Me cogió de la barbilla) No te preocupes... No soy tan mala (se rió).
-(La miré con algo de rabia) ¿Qué quieres?
-Tú perteneces al reino del Oráculo, ¿no? Digamos que el Oráculo no me permite hacer cosas que quiero hacer, sin levantar sospechas.
-¿Ciertas cosas?
-Sí, y tú me ayudarás (se rió).
-No sé cómo. Tú dirás.
-Necesito que me cubras las espaldas, es decir, necesito que me encubras en lo que quiero hacer.
-Todo es depende de lo que quieras hacer. Yo no trabajo con los shamanes desleales, eso tenlo claro.
-¿Yo desleal? Puede, pero todo lo hago por el bien de Hao (me miró).
-¿Y cuál es el beneficio que yo gano? Normalmente no suelo trabajar gratis.
- Digamos que te ayudaré a librarte de tu pasado, es decir, de Caspian.
De repente, una voz retumbó en los alrededores diciendo: "Los asesinos vampiros tienen que acabar con sus propios miedos. No creo que buscando ayuda logres nada, Sharon Phantom". Miré a un punto en concreto sabiendo quién era.
-Ya ves, tú decides; te hundes con tu pasado o me ayudas a conseguir lo que quiero.
-(Yo, ajena a esa misteriosa voz, sonreí) Está bien, MD, acepto. Pero una condición, quiero tener controlado a Hao, y si lo prefieres sin que él note mi presencia. Solo bajo esa condición trabajaré contigo.
El carácter de la misteriosa voz cambió por completo: "¿Cómo te atreves, traidora? ¡Te acordarás de esta!". Y desapareció dejando tras de sí un haz de silencio.
-(MD miró a su alrededor para escuchar las voces y volvió a mirarme) No te preocupes tu vendrás conmigo, aunque creo que a ciertas personas no le gusta (se rió).
-(La miré con tranquilidad sabiendo que iba a dar esa respuesta) Ya contaba con eso (me acerqué a ella).
-¿Y dime tienes a alguien más que te quiera matar? (se ríó sabiendo mi respuesta).
¿Alguien? (la miré con profunda ironía) Se necesitarían tres planetas Tierra para contar a todos mis enemigos. Para eso he sido una famosa asesina sangrienta (dije con orgullo).
-Yo no estaría tan orgullosa de eso. Y que sepas que te haré un favor, estarás a solas con Hao así no te incordiare, ¿no crees?
-Mejor que mejor. Lo quiero tener vigilado yo misma. Pero necesito entrenar yo sola, sin acompañamiento ninguno. Mis poderes y rituales son sagrados y nadie los puedo mirar (miré al frente).
-Esta bien, pero ni se te ocurra hacerle daño o si no te arrepentirás de haber nacido.
-No te preocupes a Hao no le pasara nada malo.
-Pero dime, ¿qué vas hacer con el Oráculo?
-Pues para hacer lo del Oráculo, necesitaré mucho tiempo. Yo ya no domino ese reino como antes, pero si tengo aun mis leales y fieles sirvientes como espías. Así que tú me dirás cuando lo hago.
Como quieras (encogí los hombros)
De repente, y sin aviso alguno, MD huye al bosque.
Yo la intenté seguir: MD! ¡No huyas!
Mientras en aquel lugar, una shaman de pelo negro y de kimono de lotos rojos contemplaba la escena desde lo alto de un árbol con una cara de pura rabia: Sharon, vas a ver lo que les pasa a los traidores que no necesitan la ayuda de sus compañeras. (sonríó y desapareció tras una llama de fuego...)