
Esta vez no había duda. Eran ruidos de pasos y además cerca de mi habitación. Sin despertar a Opacho, cogí una espada y salí de allí.
Me asomé y vi, al fondo del pasillo, la silueta de una persona. Como había tormenta en ese momento, un rayo cayó cerca de aquí y se desveló la escena.
Debía de ser una joven de unos 30 años, con kimono. Cuando se dio cuenta de que la seguía, echó a correr.
Yo la seguí y le grité:
-¡Espera! ¿¡Quién eres?!
Pero ella corría más que yo y me ganó distancia. Yo intenté correr más deprisa.
De repente, se vio acorralada en un pasillo sin salida. Antes de intentar hablar con ella, decidí estudiarla.
Era una joven de unos 30 años, pelo negro y ojos azules. Llevaba un kimono rojo con lotos rosas.
Se veía a primera vista que era de nacionalidad china. Le apunté con mi espada y le dije:
-¡No puedes escapar! ¿Quién eres?
-Una forastera.
-¿Qué haces en esta mansión?
-He sido presa probablemente de una adivinación errónea.
-¿¡Qué?!
Yo estaba empezando a ponerme nervioso.
-Pues eso, venía buscando a alguien. Pero veo que ella no ha llegado.
-¿Ella? ¿Quién?
-No pienso decírtelo.
-¿Qué?
-Pues eso.
-Tarde o temprano me lo dirás.
-No lo creo, yo tengo que irme.
-¡No pienso dejarte que salgas de aquí!

-Mira niño, ya hemos hablado demasiado, así que no me molestes más. Además probablemente volveré.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
-¿¿Cómo te atreves?? ¡¡Yo no soy ningún niño!!
Decidí abalanzarme contra ella, pero justo cuando iba a hacerlo, ella desapareció tras una llama de fuego.
Pero cuando miré por la ventana, ella volaba sobre un fénix. Antes de que escapase, le dije:
-Por lo menos dime cuál es tu nombre.
-Miyako. Miyako Sakamoto. ¡Hasta pronto!
Y ella desapareció de mi vista. Tenía el presentimiento de que pronto me la iba a encontrar, pero esta vez no la dejaría escapar.
¿A quién esperaría Miyako? ¿Se encontraría en esta mansión? ¿Y para qué la buscaba?
Bueno, me sentía tan cansado que no me apetecía ponerme a pensar en eso. Y me fui a la cama.
Me desperté y lo primero que recordé fue a esa mujer misteriosa que habló conmigo, no podía entender que hacía ella aquí, ¿y a quién buscaba?
Era algo que no llegaba a entender. Me vestí y fui al comedor donde estaba MD y Opacho.
-Hombre por fin despertaste, dormilón.
-Sí, es que anoche pasó algo muy raro.
-Vino una mujer muy misteriosa.
-¿Una mujer misteriosa?
-Ajá, me dijo que buscaba a una chica pero que se habia equivocado.
-Aaah, entonces esa debe de ser Miyako Sakamoto, la mejor amiga de tu amiguita humana.
-¿La conoces?
-Yo la conozco a ella , ella no me conoce a mi.
-¿Qué?
-Hao, yo sé muchas cosas de las que tú ni siquiera te enteras, así que no te estrañe mucho.
-Si eres mi amiga, deberías contármelo, ¿no?
-Uffff, nos faltarían días de nuestras vidas para contarte todo lo que sé. Así que rápido, prepárate, tenemos que irnos.
-¿A dónde?
-Tú solo prepárate.
No sabía lo que iba a pasar pero sabía que no me iba a gustar nada pero algo en mi corazón me decía que volvería a ver a alguien que echaba mucho de menos...
0 comentarios: