Capítulo 7: ¡Hola Opacho!


Me desperté y comprobé que era más tarde de lo que solía levantarme. De repente escuché una voz familiar que hablaba a lo lejos así que me acerque a ver quién era. La voz procedía de la sala de cristal así que entré, miré y me sorprendí al ver a esa persona que cada vez que me entristecía, me sabía sacar una sonrisa, esa persona con la que viví momentos divertidos, tristes... pero siempre estuvo ahí como una verdadera hermana.
-Echo de menos al señor Hao.
-¡Que te he dicho que no lo llames señor, él es como tu hermano, no es tu señor!
-A Opacho no le gustan que le chillen.

Me rei y me alegre en mi interior a  ver a Opacho pero me estrañaba...¿Qué estaba haciendo hay Opacho?
-Entonces al señor Hao vamos a hacerle ¡una sorpresa!
-¡Opacho!
-Vale, a Hao...
-Eso esta mejor, jaja. Bueno sorpresa, sorpresa ya no....
-¿Por qué...?
-Por que... él lleva más de diez minutos escondido atras de esa cortina jaja. Anda Hao sal.
-¡Señor Hao!
-¡Opacho!
-¡Opacho por dios que no le digas más señor!
Me fui corriendo hacia Opacho y le di un abrazo tan fuerte, tanto que estuve a punto de ahogarla.
-Opacho no puede respirar....
-Pobrecita no le chilles.
-Está bien…
De repente noté que Opacho empezó a llorar.
-Opacho, ¿por qué lloras?
-Opacho está muy feliz de verle.
-Yo también…
-Por dios estáis para una foto, jaja. Bueno, ¿vais a estar así mucho rato más?
-Sí, jaja.
-Pues nada, tendré que esperar.
En ese momento Opacho salió corriendo hacia la otra habitación.
-Opacho, ¿a dónde vas?
-Jaja.
-¿De qué te ríes?
- Sorpresa, sorpresa...
Entonces, Opacho entro con un enorme pastel de chocolate.
-¡Pastel!
-Sí, tu preferido. Y anda, ayuda a Opacho que no puede ella sola.
- Ahora voy. ¿Por qué habéis hecho esto?
-Opacho quería verte echaba de menos...
-Yo también te echaba a ti de menos Opacho. Entonces volví a abrazar y vi a MD con una cámara de fotos.
-¡Sonreíd!
-Aaaah, me he quedado ciego con el flash.
-Lo siento, pero la foto ha quedado muy bonita. Opacho, ¿por qué no vas a por platos para el pastel?
-Sí, ahora.
-¿Por qué has traído a Opacho, MD? 
-Porque sé que la quieres mucho y es un gran apoyo para ti.
-MD...
-¿Qué?
-Gracias.
-¡Ya tengo los platos!
Entonces, Opacho tropezó, cayó al suelo y los platos se rompieron. MD y yo salimos corriendo hacia ella y comprobamos que estaba de suerte; todo quedó en un pequeño susto. Así que cogí a Opacho en brazos mientras ella lloraba.
-No te preocupes solo ha sido un pequeño susto.
-Se ha hecho una herida en la rodilla. Voy a curársela. Al rato nos sentamos a comer el pastel y a hablar. Pero en mi cabeza tenia la extraña sensación de que iba a ocurrir algo. 
Cómo si alguien me llamara desesperadamente, pero no conseguía saber quién era. De repente, la voz se escapó de mis recuerdos con la llamada de MD.
-¿Hao, en qué piensas? ¿No vas a comerte el pastel?
-¿Eh? Oh sí, ahora me lo como.
Opacho me miraba con cara de preocupación.
-¿Se encuentra bien, señor Hao? Parece preocupado.
-No te preocupes, Opacho, estoy bien.
Cuando terminamos el pastel, lavamos los platos y nos fuimos al salón.
-Opacho tiene sueño…
-Ven conmigo, te llevaré a mi cama y allí podrás dormir mejor que en el sofá.
-Está bien, señor Hao.
 Llevé a Opacho a mi habitación y la arropé. Se durmió al instante. Volví al salón con MD y me senté un rato. De repente, 
volví a oír esa voz llamándome en mi cabeza, pero seguía sin encontrar a su dueño. Entonces MD me vio y se extrañó de mi comportamiento.
-Hao, ¿pero qué te pasa? ¿En qué demonios estás pensando?
-En nada, de verdad.
-Algo te pasa.
-Te digo que no.
-¿No me digas que estás pensando en esa chica, Sharon?
Entonces, lo recordé todo; nuestro primer encuentro en el instituto, nuestras citas, esos momentos en los que me apoyaba. Todo lo que había vivido con ella.
-Si ¿Por? ¿Te importa?
-No te entiendo. ¿Cómo puedes recordarla aún? Ella no es más que una shaman débil como todos los que hay por ahí.
-Sharon no es ninguna débil. Tú no la conoces.
-Ya no la conocere pero soy más lista que tu, jaja.
-Y por eso no prueba que sea fuerte, Hao.
-Lo sé, pero hay algo de ella que me dice lo contrario.
-¿Y desde cuando puedes leer sus sentimientos?
-Desde el principio. Llevaba tres meses estando con ella.
-Lo veo ridículo.
-¿Por qué te portas así con los demás?
-Me porto asi por que no quiero que te hagan daño.
-¿Más daño aun? Tu sabes como me siento cada noche al saber que mi madre puedo estar sufriendo o a lo mejor...
-¿A lo mejor?
-Muerta.
Derepente MD me golpeo la cabeza.
-¿Tu eres tonto?
-¿A qué viene eso?
-Tu sabes que yo te voy a ayudar a encontrar a tu madre, y eso la incluye viva, jaja.
-Ya...
-¿Hao no confias en mi?
-Sí.. ¿por?
-Pues o cambias tu cara o dejas de pensar en Sharon, jaja.
-Vale....
-Te importa mucho Sharon ¿no?
-Si ella fue muy buena conmigo al igual que tu lo eres ahora.
-Ja ja.
-¿De qué te ries?
-Me siento tonta.
-¿Por qué?
-Me voy a dormir Hao buenas noches...
-Adios.
Me fui a mi habitación. Sentía la ligera sospecha de que MD haría algo. Pero no podía saber lo que era. Así que dejé el asunto y me dormí.

1 comentarios:

Publicar un comentario